Erase una vez, un hermoso hotel en la zona del Abra de la Ventana y al pie del Cerro Bahía Blanca, hoy en ruinas, que despierta interrogantes a muchos turistas que nos consultan sobre su pasado.
Parece desgracia del destino que un hotel con semejante ubicación privilegiada, y un entorno natural con características andino patagónicas singularmente impensadas en la provincia de Buenos Aires, haya tenido este triste final.
Este hotel, al cual muchos confunden en las redes con el Ex Club Hotel de la Ventana ubicado en Villa Ventana, se encuentra dentro del Parque Provincial Ernesto Tornquist, y si bien no corresponde al mismo período de construcción ni con las características en dimensiones con este, guardan entre si una historia que los vinculan muy de cerca, como se podrá apreciar a lo largo de esta nota.
Como muchas otras tantas historias perdidas y hasta casi olvidadas en la Comarca, desde sierrasdelaventana.com.ar salimos a la búsqueda de su pasado, en nuestro constante afán de rescatar del olvido, cada parte trascendental del desarrollo turístico de nuestras sierras.
Ya de entrada notamos su ausencia en los escasos registros históricos escritos, que con dificultad se encuentran en el distrito. Por ello, recurrimos a la tradición oral que con el tiempo va dejando este mundo, y con ella los recuerdos y memorias de tantas interesantes anécdotas de aquellos tiempos dorados.
Así es como dimos con Néstor Dumrauf, quien estuvo viviendo y trabajando allí algún tiempo, y sus tíos fueron los concesionarios del hotel. Néstor nos cuenta entre tantos detalles que en un primer período estuvo en manos de don Floreal Gómez con Coca Dumrauf, y en un segundo período por Pablo Rubio y su señora Cristina Abelina Dumrauf. Entre ambos períodos el hotel estuvo cerrado por 5 años.
Si bien Néstor no recuerda la fecha exacta de su inauguración, la encuadra dentro de la década del 50 durante el gobierno de Perón, siendo este quien ordenó su construcción. El Hotel se cerró definitivamente entre el año 1976 o 1977.
En aquellos tiempos, el Parque Tornquist solo tenía la Estación Forestal, siendo esa la principal función del predio y responsable del entorno forestal que hoy se aprecia, a diferencia de hoy en que se busca extraer dicha forestación y preservar el pastizal pampeano serrano endémico de Ventania.
La actividad turística en aquellos años era incipiente, pero tanto en vacaciones de verano o invierno el hotel recibía mucha gente que venía a disfrutar de la zona, sobre todo a recorrer el Abra del Hinojo y de los Vascos, visitar la Cueva del Toro, y realizar el ascenso al Cerro Ventana. Néstor hacía las veces de guía de turismo a estos sitios de las sierras, y nos comenta que el ascenso al hueco lo realizaba por detrás del Cerro Ventana, ya que en esos años no existía nada en la ladera sur (frente) por donde actualmente se realiza el trekking a la famosa ventana.
Entre sus anécdotas, recuerda que venían a caballo los paisanos de campos aledaños a beber algo en el bar. También de un intendente del distrito (Rodríguez), que tenia mucho interés por desarrollar el turismo, que proyectaba construir un lago artificial e instalar una aerosilla, pero que no lo dejaban hacer nada.
En sus instalaciones contaba con 14 habitaciones con lavamanos individual, puertas de cedro, placares enormes, lámparas colgantes y acolchados de hilo importadas de Europa, en camas de bronce tallado.
Los baños eran compartidos en 2 grandes bloques, uno para hombres y otro para mujeres, cada uno con 4 duchas. Estaban revestidos con azulejos verdes, y eran abastecidos de agua caliente por una caldera, que a través de una bomba tomaba el agua del arroyo cercano.
En la parte inferior del edificio estaban las 4 habitaciones del personal con sus correspondientes baños, el depósito de mercaderías, el motor para dar luz, y la caldera que daba calefacción por radiadores.
Contaba con un bar comedor con hogar a leña, con una vista de ensueño. Decorado con una araña del Ex Club Hotel. El bar tenia asientos de madera con aros de bronce en donde se apoyaban los pies. Vajilla de plata, jarras de vidrio labrado, mesas y sillas, billares, ceniceros, todo traído del Ex Club Hotel. Aquí es donde la historia comienza a unir los pasos y el derrotero que siguieron las miles de piezas invaluables que atesoraba el hotel en Villa Ventana, y que hoy nada se sabe de su destino final.
Sobre los años finales del hotel, en donde el gobierno de turno no les renovaba la licitación, y comenzaba a quedar en el abandono, se suscitaban las reiteradas visitas (inicio del saqueo) de representantes “supuestamente” oficial que con el argumento de realizar mejoras para una reapertura que nunca llegaría, se iban llevando estas piezas de valor del hotel, reemplazándolas por otras de bajísima calidad, tal como nos recuerda Néstor con un ejemplo: “se llevaban los ceniceros del Ex Club Hotel y nos dejaban unos de plástico”.
En la actualidad, solo quedan las ruinas que se pueden apreciar aquí en las fotos de la nota, y seguramente en la memoria de muchos turistas que lo deben haber visto en su visita al parque, resistiendo el paso del tiempo al pie del cerro, y recordando ahora con estas líneas, otro ejemplo de saqueo y decidía de la historia argentina.
Seguramente algunos de nuestros lectores, lo haya conocido o incluso disfrutado en sus años de esplendor, y quiera aportar recuerdos o datos adicionales, por lo cual los invito a dejar sus comentarios al pie de esta nota. En nuestro 20° Aniversario del Portal de Turismo y Cultura, aprovecho para agradecer a cada uno de los lectores de nuestras notas especiales, por estar ahí siguiendo y compartiendo estas publicaciones.
Sergio Marto
Director del Portal de Turismo y Cultura
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